Estrella Guerrero

Psicóloga infantil

Unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana UDIATE

Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja

fisioterapia infantil

El mutismo selectivo se da frecuentemente en niños/as con competencias lingüísticas y comunicativas ajustadas a su edad. De ello pueden dar fe los familiares más cercanos y las personas del entorno del niño dónde éste se encuentra cómodo y actúa como un niño totalmente normalizado. Sin embargo, con personas poco conocidas y en otros entornos o situaciones sociales poco familiares el comportamiento del menor cambia, puede mostrarse retraído, tímido y no comunicarse.

Timidez – Lenguaje y comunicación en niños

Es muy común que los niños que presentan este problema, tengan un perfil de personalidad más tímido, sean más dependientes, tiendan al perfeccionismo, etc, esto hace que el problema se agrave o que contribuya al mantenimiento de la dificultad

¿Cómo puede ayudar la familia frente al mutismo selectivo?

El abordaje de este problema debe hacerse desde el respeto y la comprensión del menor, tan importante es reconocer el problema sin achacarlo a que es simple timidez, como no actuar con excesiva ansiedad y preocupación, ya que con esto podemos aumentar el bloqueo y la inseguridad del menor.

  • Evitar la sobreprotección. Quizás queramos en el momento aliviar el malestar que observamos en el niño/a, pero a largo plazo no le estamos ayudando.

  • Evitar estilos de autoridad, forzando al niño a afrontar situaciones ansiosas para él/ella.

  • No fomentar el perfeccionismo extremo. Asignar tareas o responsabilidad ajustadas a la edad y que no causen frustración. Fomentar hábitos adecuados de autonomía y rutinas familiares, en las que el menor se vea capaz y seguro de sí mismo.

  • Destacar siempre los comportamientos y tareas que el niño hace correctamente utilizando el refuerzo social, mostrando orgullo por sus logros y confianza en la superación del problema. Ofrecer entornos de seguridad, comunicación, serenidad, comprensión y afecto. Evitar ridiculizar, hablar en su presencia con otras personas de sus dificultades o si ha hablado o no, o forzarlo a comportarse como nos gustaría.

  • Facilitar las visitas a aquellos lugares que puedan causarle más ansiedad (parque, cumpleaños, fiestas, actividades extraescolares etc.) para evitar mecanismos de evitación del problema. Es importante no abandonar este tipo de tareas para que el niño/a no sufra, ya que estaremos agravando el problema.

  • Realizar actividades divertidas y juegos físicos que le ayuden a descargar tensiones acumuladas durante estos encuentros.

  • Mantener la coordinación con los entornos en los que el niño se desarrolla y en los que está teniendo problemas (colegio, actividades extraescolares etc) para planificar una misma línea de actuación.

Fuentes consultadas:

  • Educación 3.0

Psicología infantil

Consulta psicóloga infantil Sevilla – Hospital HVE

Unidad de Atención Temprana Sevilla – UDIATE

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