María García Lázaro
Psicóloga infantil
Unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana – UDIATE
Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja
Durante las vacaciones se plantea un gran reto a las familias con niños: ¿qué hacemos durante todo el verano? Han sido muchos los meses de trabajo duro, madrugones y retos y ahora es necesario, y merecido, un tiempo de descanso.
Los niños tienen adquirida una rutina de trabajo, tienen asimilados horarios y actividades. Llevan todo el curso priorizando la adquisición de conocimientos y es en esta época cuando se merecen desconectar y hacer lo que más les gusta, jugar.
Es recomendable que el adulto sea quien ofrezca alternativas de juego, guiando y pautando el buen desarrollo del mismo. Aunque, de igual forma, también es importante que los menores aprendan a manejar su tiempo libre, combatan el aburrimiento potenciando su imaginación y expandan su creatividad con un juego libre en los que sean ellos quienes pongan las normas, dirijan y gestionen.
Propuestas de Actividades Divertidas
A continuación, os dejamos unas propuestas de actividades asequibles y divertidas que fomentan desde diferentes objetivos el desarrollo cognitivo de los menores:
1.“Suelo prohibido”: Llenaremos un globo de lentejas con el objetivo de que haga ruido al moverse y que tenga un mayor peso. Daremos la orden de que hay que luchar para mantenerlo en el aire ya que si toca el suelo terminará el juego. A lo largo del juego podemos ir nombrando diferentes partes del cuerpo con las que tendremos que golpear el globo. Fomentamos el seguimiento de instrucciones y la motricidad.
2.”Hacemos collares”: Para realizar esta actividad necesitamos macarrones y una cuerda. Consiste en divertirnos haciendo collares mientras insertamos los macarrones en la cuerda. Es una forma sencilla, barata y divertida de trabajar la psicomotricidad fina. Se pueden sustituir los macarrones por trocitos de cañitas de colores.
3.“Pesquemos”: Se llenarán dos recipientes grandes de agua. En uno de ellos introduciremos objetos que floten (tapones de plástico de diferentes colores, tapones de corcho, juguetes pequeños, etc.). Se utiliza un cazo de cocina para pasar los objetos de un recipiente a otro. Se puede ir modificando el cazo por una cuchara, un colador o dos palos de madera. Trabajaremos así coordinación.
4.“Los dos iguales”: Necesitamos dos folios y 8 tapones o fichas de 4 colores diferentes. El folio lo colocamos de forma horizontal y le dibujamos una cruz de arriba abajo; de manera que se quede dividido en 4 casillas. Cada participante tendrá su tablero y sus propias fichas (4 fichas cada uno. Una de cada color). El adulto comienza el juego eligiendo la ficha y poniéndola en un lugar determinado del tablero. El niño debe imitar nuestro movimiento. Realizaremos diferentes movimientos moviendo las fichas por las casillas. Es adecuado para el desarrollo de la percepción visual e integración espacial.
5.“Pinzas recogidas”: Para jugar a esta actividad utilizaremos las pinzas de la ropa. Pondremos por la habitación diferentes recipientes (platos, vasos, fiambreras, etc.). Las pinzas estarán todas juntas en el suelo. El adulto comienza a agruparlas en función de su color, distribuyéndolas por los diferentes recipientes. Lo hará una vez y cederá el turno al niño. Podemos cambiar las pinzas por lápices de colores, vasos de colores, cañitas, coleteros, tapones, etc. Se desarrollará así la memoria de trabajo y la clasificación bajo criterio.
6.”Carrera de soplos”: Haremos competición de carreras soplando. Nos tumbaremos en el suelo y cada participante tendrá un vaso de plástico. Tendremos que conducir el vaso hasta la meta soplando, sin utilizar las manos. Podemos también soplar el vaso utilizando cañitas o cambiar el vaso por otro objeto como por ejemplo una pelota pequeña, una bolita de papel o de plastilina. El soplo es una destreza relacionada con el habla.
7.“Todos a la pista”: Nos divertiremos bailando al ritmo de la música. El adulto irá mostrando al menor. Diferentes movimientos (saltar, girar, aplaudir, etc.) y éste tendrá que imitarlo. Cuando la música se pare deberán permanecer quietos como estatuas. Se iniciará de nuevo el baile cuando vuelva a sonar la música. El control inhibitorio se trabaja en esta actividad.
8.“Somos músicos”: Para realizar esta actividad cada participante deberá coger 2 cucharas. El adulto realizará una secuencia rítmica golpeando en la mesa y el niño deberá repetirlo. La secuencia irá aumentando de dificultad, se variará tanto el número de golpes como el ritmo (rápido y lento). Se fomenta la espera de turno y memoria auditiva.