Especialistas en fisioterapeuta infantil
Unidad de Desarrollo Infantil y Atención Temprana – UDIATE
Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja
Psicomotricidad infantil
La etapa entre los dos y tres años en los niños es una fase de búsqueda de la autonomía. Su psicomotricidad avanza rápidamente al igual que su socialización.
En los niños pequeños, el movimiento tiene numerosas repercusiones para el desarrollo normal y la personalidad del niño. La psicomotricidad gruesa participa en la elaboración y en el desarrollo de todas las funciones mentales: inteligencia, lenguaje, afectividad, conciencia… Por este motivo, hay que intentar que los niños estén en movimiento, con juegos de psicomotricidad gruesa que les hagan saltar o correr.
Son trayectos con diferentes desafíos motores que los niños deben recorrer siguiendo un orden determinado, de tal manera que desde un punto de partida a uno de llegada hayan podido pasar por todos los ejercicios presentados.
Partiendo de la base de que cada niño lleva su ritmo de aprendizaje, con estos ejercicios podemos ayudarles a trabajar ciertas habilidades, presentándoles diferentes retos y haciendo uso de diversos materiales.
Circuitos de Psicomotricidad
Los circuitos de psicomotricidad tienen la ventaja de ser lúdicos y de desarrollar las capacidades psicomotrices de los niños.
Psicomotricidad Fina y Gruesa
En ocasiones se da importancia a la adquisición de habilidades para la escritura y la lectura, donde los niños realizan muchos ejercicios de psicomotricidad fina que promueven la actividad manual pero no tenemos que olvidar la psicomotricidad gruesa que es muy importante para que los niños vayan mejorando su conducta motriz, jueguen con la velocidad, la energía, la duración, la intensidad, etc.
Además, se dan cuenta de que su cuerpo no es un bloque, tiene brazos, piernas, un tronco, una cabeza, hombros, cadera…, y pueden utilizarlos indistintamente, haciéndolos girar en todos los sentidos.