Alergias de verano
El verano es una época del año en la que los niveles de polen son bajos, pero no por ello los alérgicos deben bajar la guardia ya que el verano es una época en la que se puede sufrir múltiples tipos de alergias.
Alergia a picaduras de insectos – Abejas y avispas
En verano proliferan los himenópteros (abeja y avispa) que, en caso de ser alérgicos a ellos, sus picaduras pueden producir reacciones alérgicas graves. Aumentan también los mosquitos y algunas personas alérgicas presentan una piel muy reactiva a las picaduras de éstos, produciendo gran picor y edema local.
Alergia a frutas
Además, el calor induce al consumo de frutas, que es el alimento que más alergia produce en adultos, pudiendo sufrir desde prurito bucal hasta reacciones anafilácticas graves.
Dermatitis atópica
Los pacientes con dermatitis atópica deben evitar el baño en piscinas ya que el cloro empeora sus síntomas. En cambio el agua de mar mejora la dermatitis atópica.
Alergia a los ácaros del polvo
Al acudir a viviendas de playa, es normal que los alérgicos a ácaros del polvo noten un empeoramiento de los síntomas los primeros días, debido al cúmulo de polvo aunque, normalmente, suele mejorar al limpiar el hogar.
Urticaria solar – Alergia al sol
Asimismo, en verano, el sol puede producir urticaria solar y reacciones de fotosensibilidad por fármacos. Se deben usar siempre cremas solares con factor de protección alto (50).
Las personas con urticaria por frío, pueden tener brotes al sumergirse en el mar o piscinas.
Alergia al polen
Por último, debemos tener en cuenta que en verano también hay polinización de algunas plantas como la artemisia y las chenopodiaceas, por lo que los pacientes sensibilizados a estos pólenes (alergia al polen del olivo, alergia al plátano de sombra…) pueden tener síntomas de rinoconjuntivitis e incluso asma.
Las chenopodiaceas (familia de las amarantáceas) florecen principalmente en julio y agosto, son muy resistentes a las sequías, suelen crecer en los bordes de caminos, arenas litorales…
Picaduras de avispas o abejas
En la mayoría de las ocasiones los insectos pican al sentirse amenazados. Aunque la picadura de avispas y abejas son dolorosas, en gran parte de los casos no causan complicaciones a menos que la “víctima” sea alérgica al veneno de las himenóptera, grupo al que pertenecen estos insectos. Es primavera y verano cuando más expuesto estamos ante las picaduras de estos insectos.
Tras una picadura de avispa o abeja se produce una reacción en la piel con enrojecimiento e hinchazón en la zona de la picadura, y un dolor más o menos intenso dependiendo del lugar de la picadura. En personas alérgicas a los himenópteros, la picadura provocará un cuadro con ronchas o habones, mareos, dificultad para respirar…; es lo que se conoce como reacción anafiláctica o anafilaxia.
Síntomas picaduras de avispas y abejas
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Dolor intenso (más de 24 horas en caso de alergia)
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Inflamación en la zona de la picadura
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Lesión entre 1-5 cm de diámetro (más de 10 cm si la persona es alérgica)
En la gran mayoría de las reacciones, el tratamiento a seguir es la limpieza de la picadura con agua y jabón, así como la aplicación de frío local para disminuir la hinchazón. Si se trata de una picadura de abeja, antes de la limpieza, se deberá comprobar que el aguijón no esté en la piel, en caso de que estuviera se deberá retirar lo antes posible.
Un 3% de la población es alérgica al veneno de la abeja, y los síntomas se verán agravados, como hemos indicado anteriormente.