Servicio de Urgencias
Hospital Victoria Eugenia de Cruz Roja Española
En caso de ictus, si ha transcurrido menos de 24 horas desde el inicio de los síntomas se puede realizar un tratamiento urgente efectivo que reduce o elimina las secuelas.
El “tiempo es cerebro” por lo que es fundamental reducir lo máximo posible el tiempo desde inicio de los síntomas hasta el traslado del paciente a un hospital.
¿Qué es un ictus y qué tipos hay?
Se conoce como ICTUS cuando se produce una disminución brusca o una interrupción de la circulación de la sangre en el cerebro. La sangre lleva el oxígeno necesario para la vida y el funcionamiento de las células cerebrales que se llaman neuronas que, sin oxígeno, dependiendo del tiempo que dure este problema y de en qué parte del cerebro se produzca, funcionan mal, dejan de funcionar temporalmente o mueren produciéndose un infarto cerebral que no es otra cosa que la muerte de las neuronas.
Tipos de Ictus
Hay 2 tipos de ictus:
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Ictus hemorrágico
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Ictus isquémico
En el fondo, la enfermedad es la misma, pero está causada por 2 motivos opuestos y al ser opuestos, necesitan tratamientos opuestos por lo que lo que mejora uno puede empeorar el otro. Eso obliga a trasladar urgentemente al hospital a quien presente un ictus y obliga además al médico de urgencias a saber y poder diferenciar, mediante su experiencia y exploración del paciente, así como de algunas pruebas radiológicas, la causa del mismo. De esta forma, podrá iniciar un tratamiento urgente que resuelva el problema y evite la muerte de las neuronas al restablecer la circulación sanguínea en el cerebro.
Síntomas o señales de alerta en el ICTUS
Los síntomas del ictus aparecen muy rápido, en segundos o minutos por lo que si alguien presenta alguna de estas molestias desde hace días, hay muy poca probabilidad de que se trate de un ictus.
En el cerebro las neuronas se agrupan realizando conjuntamente una función cada grupo; por lo que dependiendo de la zona del cerebro que esté afectada se pueden presentar unos síntomas u otros diferentes.
En general los síntomas más comunes son:
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Hormigueos en la piel que se pueden acompañar de falta de fuerza o sensibilidad (tacto); esto suele ocurrir en un solo lado del cuerpo: lado derecho de la cara, brazo y piernas derechos, etc.
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Alteración en el aspecto de la cara un ojo más abierto que el otro, la boca desviada hacia un lado, un lado de la frente con arrugas y el otro lado liso, etc.
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Dificultad para hablar o entender lo que se escucha.
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Alteraciones visuales como visión borrosa o visión doble.
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Dolor de cabeza.
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Pérdida del equilibrio, mareos o de la coordinación.
Por lo general estos síntomas no se presentan solos, sino que los pacientes presentan una combinación de varios de ellos que ayudan a los médicos a localizar la zona del cerebro afectada, la causa y el tratamiento del problema.
La importancia de acudir rápidamente a Urgencias: posibles riesgos.
El ictus es una emergencia médica. Tenemos muy poco tiempo para actuar resolviendo el problema ya que muchas veces el ictus se produce por pequeños coágulos que taponan los vasos sanguíneos. Cada minuto, ese coágulo se endurece más haciendo que sea más difícil disolverlo o retirarlo. Además, las neuronas soportan poco tiempo sin oxígeno, por lo que si no se resuelve rápidamente el problema, se producirá un infarto cerebral y el paciente puede quedarse con esos síntomas para el resto de su vida o incluso morir.
En caso de ictus, el tiempo es cerebro
Equipo médico de Urgencias, UCI y Medicina interna del Hospital
¿Cómo actuáis en estos casos desde el Servicio de Urgencias?
Lo primero es que el médico esté entrenado y sepa distinguir los signos de alarma del ictus movilizando de manera inmediata a un equipo coordinado formado por enfermería, radiología, neurocirugía, hemodinámica y UCI que en pocos minutos debe diagnosticar el problema y ponerle solución inmediata y definitiva.
Posteriormente este equipo se ampliará a neurología, hematología y rehabilitación para que el paciente, en el menor tiempo posible, vuelva a hacer su vida normal.
Diagnóstico y tratamiento del Ictus
El diagnóstico inicial lo hace el mismo paciente al sentir hormigueos o disminución de la fuerza muscular, dolor de cabeza, mareos o alteraciones visuales. Sus familiares o acompañantes también son quienes notan alteraciones en la coordinación, en el habla o en la orientación del enfermo que de pronto no recuerda las cosas, no reconoce a las personas, no sabe dónde se encuentra, no recuerda su nombre, su dirección o el nombre de su padre o de su madre. Éstas son preguntas sencillas que se le pueden hacer para reconocer rápidamente su estado neurológico.
Posteriormente, en el servicio de Urgencias el médico, se hará una historia clínica minuciosa, un examen físico del enfermo y se indicará una serie de pruebas que darán el diagnóstico definitivo.
Ya con el diagnóstico se procederá al tratamiento. Existen muchísimas variables y posibilidades de tratamientos, desde el paciente que solo necesita reposo y observación hasta el que necesita neurocirugía urgente.
Lo importante es siempre llegar al hospital a tiempo para que ese tratamiento sea efectivo porque hay algunas veces en las que simplemente no se hace ningún tratamiento porque el paciente ha llegado tan tarde que lamentablemente ninguno es efectivo, o porque el coágulo está ya tan duro que no hay manera de destruirlo o porque aunque se restablezca la circulación cerebral normal, las neuronas están ya muertas.