Roncar no es sinónimo de sueño tranquilo y reparador
Dormir es esencial para la vida. El objetivo del sueño es recuperar fuerzas y energía gastadas durante el día y prepararnos para una nueva jornada. Si intentáramos suprimir el sueño aparecerían alteraciones tan graves que nos llevarían a la muerte. Los individuos que duermen mal presentan alteraciones físicas y psíquicas.
Síndrome de Apnea del sueño o SAHS
Durante el sueño lo normal es respirar igual que cuando se está despierto. Pero se pueden producirse alteraciones en la respiración que se conocen como Síndrome de Apnea del Sueño, Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño, o Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS) que por consenso reciente de los expertos, es el nombre correcto de esta enfermedad. Por lo tanto a partir de ahora lo llamaremos SAHS.
¿Qué es una apnea o una hipopnea?
Una apnea es dejar de respirar por completo y una hipopnea es hacerlo pero de forma parcial. Esto puede suceder normalmente durante el sueño. El problema aparece cuando la duración de estos momentos de asfixia duran más de 10 segundos y se repiten frecuentemente a lo largo del sueño. Estos eventos impiden el sueño y descanso normal ya que nos obligan a despertar frecuentemente, aunque no seamos del todo conscientes y provocan descensos en la saturación de oxígeno de la sangre.
Así, el SAHS es un trastorno de la respiración durante el sueño que cursa con frecuentes episodios de interrupción en la respiración.
Causas de la apnea del sueño
La causa exacta se desconoce. Sabemos, que la vía aérea superior se cierra como consecuencia, en parte, de la relajación muscular durante el sueño o bien, por efecto de una obstrucción anatómica a nivel de oro-faringe (amígdalas grandes, bocio, alteraciones nasales, etc.).
Población afectada por enfermedades del sueño
El SAHS es una enfermedad muy frecuente, afecta al 4-6% de hombres, al 2-4% de mujeres y al 1-3% de niños.
Aproximadamente un 4% de la población lo sufre y el 25% de los accidentes de tráfico están relacionados con ella. Se calcula que en España hay entre uno y dos millones de personas que la padecen, aunque sólo estén diagnosticados entre el 5-9 %.
En adultos, se manifiesta durante el sueño con ronquidos fuertes, interrupciones en la respiración y sueño inquieto. Durante el día presentan hipersomnia diurna que puede llegar a ser grave (conduciendo, hablando con alguien), sensación de estar siempre cansados, depresión, irritabilidad, falta de concentración, impotencia. Incluso tener consecuencias cardiovasculares como falta de control de la hipertensión arterial, arritmias no controladas, procesos isquémicos cardiacos o cerebrales.
En niños, la manifestación nocturna más frecuente es el ronquido, un niño no debe roncar. Debemos estar alertas a manifestaciones como: irritabilidad, falta de rendimiento escolar y atención, hipersomnia diurna, sudación nocturna, enuresis. Pudiendo predisponer a retraso del crecimiento e hipertensión en edad adulta.
Diagnóstico sencillo e indoloro
Poligrafía respiratoria o polisomnografía
El diagnóstico es relativamente sencillo e indoloro. Necesitamos hacer un estudio del sueño que se conoce como poligrafía respiratoria o polisomnografía.
En el Hospital Victoria Eugenia realizamos la poligrafía respiratoria.
En nuestras consultas le colocamos un dispositivo con unos sensores y el paciente dormirá en su domicilio de forma habitual. De esta forma quedan registrados el flujo de aire por la nariz, la saturación de oxígeno de la sangre, los movimientos respiratorios, el pulso y la posición. Tras analizar las distintas señales llegamos a la confirmación y el grado de severidad del SAHS.
CPAP o Presión Continua Positiva en la Vía Área
El tratamiento en adultos se realiza principalmente con CPAP (Presión Positiva Continua en la vía Aérea). Este es un dispositivo que suministra aire a presión a través de la nariz que impide el cierre de la vías aérea durante el sueño y restablece el sueño y el descanso normal, desapareciendo los síntomas en la mayoría de los casos. Suele oírse en la consulta: “mi vida ha cambiado” o “ya no puedo dormir sin mi mascarilla”.
En cambio, en los niños el tratamiento suele ser quirúrgico ya que en la mayoría el origen del SAHS es secundario a una hipertrofia adenoamigdalar; en otras ocasiones, también precisarían de CPAP.