Dra. Ángeles Prada
Directora médica del Hospital
Hospital Victoria Eugenia Cruz Roja
La rodilla del ciclista
La práctica del ciclismo va en aumento, actualmente se utilizan cuatro tipos de bicicletas: paseo, montaña, carrera y las llamadas híbridas, para una práctica en carretera y ocasionalmente de montaña.
Recomendación:
Para que la práctica del ciclismo sea más beneficioso para la salud, se debería de practicar principalmente de forma aeróbica, al menos tres días a la semana, durante unos veinte minutos, aumentando progresivamente hasta una hora cada día.
No obstante, el trabajo diario sobre la bicicleta impone una serie de limitaciones y exigencias a las que nuestro cuerpo deberá adaptarse. La no adaptación o la sobresolicitación, desencadenará la lesión. En este artículo se tratará sobre las lesiones más frecuentes en la rodilla del ciclista.
Lesiones más frecuentes en ciclismo
El dolor en la región anterior de la rodilla es muy frecuente entre los ciclistas. La causa de este dolor suele responder a una sobrecarga de la articulación de la rodilla, que obedece en la mayoría de los casos a:
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Inadecuada planificación del entrenamiento
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Mala posición de los elementos mecánicos de la bicicleta
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Inadecuada medida de estos elementos
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Alteraciones estructurales de la rodilla y/o del aparato extenso de la misma
En el pedaleo, el ciclista suele realizar una flexión de 110º a 115º con el pedal situado en posición más inferior y una flexión entre 10º y 15º en el pedal en situación superior, de tal forma que durante el pedaleo se produce una rotación forzada de la tibia debajo del fémur.
En extensión completa la tibia se sitúa en una rotación externa de 17º aproximadamente con respecto a la posición del fémur. Cuando se va produciendo la flexión progresiva de la rodilla, la tibia gira hacia dentro de tal forma que a 30º de flexión se anula dicha rotación externa, facilitando que exista un cierto grado de libertad en la articulación del tobillo para seguir el citado movimiento.
Si existe una cierta limitación o rigidez en la flexión dorsal del tobillo, acortamiento del tendón de Aquiles, contractura gemelar o bien rotura gemelar, se dificulta el pedaleo, provocando una importante sobresolicitación de la articulación del tobillo, favoreciendo la sobrecarga sobre los músculos rotadores bíceps femoral y tensor de la fascia lata.
La repetición constante de movimientos de flexoextensión a nivel de la rodilla produce un estrés en el compartimento anterior de ésta (condropatía rotuliana). Esta presión entre la rótula y los cóndilos femorales va en función del ángulo alcanzado, de ahí la importancia de la posición del sillín tanto en la altura, como en la ante o retroposición del mismo. La posición del ciclista en el llamado “pico de sillín”, aumenta el grado de flexión de la rodilla generando así un aumento de presión entre la rótula y el fémur.
Otros aspectos que favorecen la flexión exagerada de la rodilla son:
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Cuadro pequeño de talla
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Sillín bajo
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Punta de sillín orientado hacia abajo
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Sillín muy adelantado
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Bielas demasiados largas
Síntomas
La sintomatología que presenta la rodilla del ciclista se caracteriza por dolor en cara anterior de la rodilla durante la práctica del ciclismo y cuando es más acusado, incluso en facetas de su vida fuera del deporte, que impliquen una contracción intensa del cuádriceps. A veces se acompañan de ruidos articulares frente a la flexoextensión de la rodilla.
Tratamiento rodilla del ciclista
Las pautas para el tratamiento se orientan a:
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Corregir los factores que favorezcan la sobrecarga (posición de sillín) buscando la denominada posición neutra, limitando la flexión a 25º.
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Disminuir el desarrollo del pedaleo, instaurando un desarrollo inferior y circular por zonas con poco desnivel, hasta que la clínica haya remitido.
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Potenciación muscular del cuádriceps y del vasto interno, mediante ejercicios isométricos.
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Estiramientos de la musculatura posterior de la pierna (gemelos y sóleo) con especial atención en el estiramiento del tendón de Aquiles para evitar problemas en la Rodilla del Ciclista.
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Movilización de la articulación de ambos tobillos.
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Orientación de calapies en posición correcta.
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Disminución del kilometraje/día.