Tendinitis aquilea
La tendinitis aquilea es una inflamación aguda de la vaina que recubre al tendón de Aquiles. Este tendón comienza en la zona media de la pantorrilla y continua hacia abajo hasta la región posterior del pie, el talón, donde se inserta en el hueso calcáneo.
¿Por qué se produce el tendón de aquiles?
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Falta de adaptación del tendón a la carga de trabajo que se le demanda.
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Mala pisada con pronaciones excesivas que hagan que los puntos de carga del tendón estén mal repartidos.
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Utilización de zapatillas muy ligeras y con poco drop (poca altura del talón respecto a la parte delantera).
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Exceso de tono muscular en los gemelos y sóleos, y acortamiento de los mismos.
Hay factores que lo pueden favorecer como la carrera, especialmente de largas distancias y con pendientes, los ejercicios o deportes que exigen la parada y el arranque brusco (como en el tenis), el estiramiento incorrecto o falta de calentamiento antes de iniciar el ejercicio físico, o el aumento de la distancia de carrera en los corredores de fondo.
Síntomas de la tendinitis aquilea
Dolor intenso a lo largo de todo el tendón (talón, tobillo y zona baja de la pantorrilla). Es más común al levantarse, tras un largo descanso o al aumentar la actividad física.
El dolor puede llevar a la rigidez del tendón y mayor sensibilidad al tacto, especialmente en los laterales del mismo (más que en la zona posterior)
Tratamiento
En función de la gravedad de la tendinitis, el tratamiento se puede dar en 2 fases:
En etapas tempranas, se recomienda el reposo de la articulación, la prescripción de antiinflamatorios y terapia física, es decir, ejercicios de fortalecimiento, movilización, etc. que normalmente llevará a cabo un fisioterapeuta. Esta etapa puede prolongarse entre 2 y 3 meses.
El cambio de hábitos en la actividad física (reducir la intensidad, practicar otros deportes) y optar por superficies más suaves, pueden calmar considerablemente el dolor. Habitualmente se recomienda también un cambio en el calzado o el uso de plantillas personalizadas.
Si todos estos métodos no remiten la inflamación ni el dolor en la zona, la fase final sería el tratamiento quirúrgico prescrito por un especialista en base a las condiciones del paciente (estado de la lesión, edad, nivel de actividad física, etc.)
Un calzado inadecuado o una mala pisada son algunas de las causas de esta lesión. De ahí que el papel que tiene el estudio biomecánico de la marcha y la prescripción, si es necesario, de plantillas personalizadas, sea vital para prevenir la tendinitis Aquílea.